Un ilustre placentino de adopción

Hace unas horas fallecía en su domicilio cacereño el querido y admirado D Manuel Veiga.

Nacido en Alba de Tormes, provincia de Salamanca, lugar marcado por la presencia de la gran Santa y Doctora de la Iglesia,Teresa de Jesús, D.Manuel fue siempre un activo extremeño empeñado en ofrecer a Extremadura, con generosidad castellana, su tiempo, su ilusión y su esfuerzo.

Pero si algún rincón de la privilegiada Extremadura fue objeto de su cariño más sincero, ese fue Plasencia.

Hasta la capital del norte venía a menudo, paseaba en soledad sus calles, se mezclaba anónimamente entre sus gentes, disfrutaba de su Plaza Mayor a la luz del sol de primavera, mientras saboreaba un café en una de sus terrazas.

Hasta Plasencia vino sin decir nada a nadie, y como un placentino más, a los primeros conciertos que inauguraban el reformado Teatro Alkázar, sentado en las últimas filas del patio de butacas aplaudió a los grupos locales que llenaban de música nuestro más insigne escenario.

Hasta Plasencia llegó para defender la sede universitaria de la Ciudad del Jerte pese a la oposición de sus compañeros de filas.

Invirtió sus esfuerzos desde la Diputación que presidía en convertir el antigüo hospital provincial de Santa María en el gran centro cultural que es hoy con un Conservatorio Profesional de Música, una Escuela de Bellas Arte, una Escuela de Danza y el ejemplar Museo Etnográfico y Textil "Pérez Enciso".

Él sería también uno de los artífices que hicieron del abandonado Colegio de los Jesuítas la sede de referencia nacional de la UNED en EXtremadura.

Sólo algunas pinceladas de un hombre y su pasión por esta ciudad, pasión, que pese a las diferencias políticas que nos separan, nos une de manera especial.
Fallece el que debiera haber sido Hijo Adoptivo de la ciudad de Alfonso VIII, si no lo ha sido institucionalmente, sí lo es desde hace tiempo en el alma de cada uno de los agradecidos placentinos que le conocieron.


Descanse en Paz.